Según mis cálculos -no sujetos a comprobación-, el 70% de las veces, ésta autopista es asaltada por ciclistas o caminantes que van a visitar a la Virgen de San Juan de los Lagos. La fiesta grande es el 2 de febrero y a estos ojitos les ha tocado ver cómo cierran dos de los cuatro carriles del camino, para dar cabida a los sanjuaneros.
Yo pasaba por ahí el 30 de diciembre y como no había procesióna la vista, decidí entrar. San Juan de los Lagos es un pueblito mantenido por una mujer: su virgen. Por lo tanto, a su iglesia es donde hay que ir. No hay pierde, todo derecho hasta que encuentres a la multitud.
Mi primer trauma fue encontrar estacionamiento. La calle estaba atestada y los “50 pesos, güerita” del estacionamiento pseudocontrolado me parecieron excesivos. Tres terro-estacionamientos después, me di cuenta que era la tarifa controlada. Con un sentimiento de haber sido abusada, les dejé mi coche. “Pero nos da las llaves güerita”; tuve que agarrar perros, computadora y cámara porque una cosa es que se roben mi coche y otra, mis hijos. Y lo peor: no dan recibo ni se hacen responsable de nada “Aquí estamos güerita” me dijo el sonriente sanjuanense cuando lo cuestioné sobre qué pasaba si le daban mi coche a otra persona, los asaltan o nunca vuelvo.
Supongo que por visitar a una virgen todas esas cosas humanas deben olvidarse. Mrgpgggrrmpg
La Basílica y virgen de San Juan es la segunda en popularidad mexicana, sólo le gana la del Tepeyac. Sin embargo, aquí está realmente apachurrado. La explanada no es lo suficiente grande para albergar a los comerciantes que hacen su agosto con los peregrinos y con los peregrinos que dejan hacerse el agosto todo el año.
[caption id="attachment_1176" align="aligncenter" width="300" caption="Basílica & globos"]

Venden telas, cajetas, colchas y por supuesto, un sinfín de artículos religiosos que van desde imágenes de la virgen, medallas, camisetas hasta estatuas de esas caras de iglesia. El lugar estaba atascado y mis perros andaban un poco histéricos en esas tiangueras calles. Ya había descartado entrar a la Basílica, mis perros son muy ateos. Y al ver la inmensa fila para entrar, dije “al fin que ni quería”.


Placita
Arquitectónicamente, la iglesia es bonita. Su cúpula me recordó a la Zaragozana (pero en chiquito) y las dos torres góticas contrastan con lo plano de sus paredes. El jardín frente a la basílica tiene una fuente redonda con una columna que en la base tiene serpientes y en la cumbre, una muchachona sosteniendo una corona de laurel. En esa plaza (Rita Pérez de Moreno, madre del insurgente Pedro Moreno) venden globos de extrañas formas y los niños tienen la oportunidad de tomarse fotos en caballos, con sombrero de charro y la virgen de fondo. Venden nieves y había bandas tocando.
A Scampi le dio hambre, así que decidimos dar una vuelta al pueblo para ver su oferta gastronómica. El mercado está limpio y hay gran diversidad de comida. Desde jugos y carnitas, hasta barbacoa y la deliciosa birria. Pero me corrieron con todo y perros, por lo que me compré un jalisquillísimo pan duro y salado acompañado de carnitas. Como postre light, tres tacos dorados en bolsita y bañados en salsa picosita.


Yomi
Cuando eres una paria social y no te dejan entrar ni a iglesias o mercados, no queda más que jugar a contar a güeros de los altos. O cuántos traen sombrero y cuántos van a fuerza. Pero me aburrí rápido y decidí seguir mi camino, no sin antes notar las ironías de la muerte al nombrar Juárez a la plaza que da a la basílica.
[caption id="attachment_1181" align="aligncenter" width="225" caption="Monumento a Juárez"]

Me quedé con las ganas de ver los retablos (siempre entretienen) y de comer birria, ya será en otra ocasión en que no lleve hijos.
En resumen: Si se es demofóbico o ateo, mejor pasen a comprar botas a León.