tag:blogger.com,1999:blog-20427336501452370432024-02-18T21:38:03.481-08:00Rox (WIP)La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.comBlogger7125tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-17967276313723588232021-01-06T15:34:00.001-08:002021-01-06T15:38:14.487-08:00Yo soy una de esas VISIBLES<p>Sabía que iba a llorar dando la charla en vivo. Frente a decenas de personas. En una charla online que se grabaría para youtube. </p><p>Lo sabía porque desde que escribí la charla y la practiqué, la voz se me quebraba hacia el final. En siete minutos hablé del machismo y del acoso que he sufrido en el trabajo. Hablé de cómo comencé a hablar y de las felices consecuencias de haberlo hecho. Pero la voz no se me quebraba ni al narrar cómo me sentía denigrada o del coraje de recordar el manoseo. No. Se me quebraba porque al final, hablaba de VISIBLES.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiKeB4DbM0FNstgkLK-9IpImGRJktbwrOo658-9n4M9p_GUQx3jOjofIfoT-ztIAZV5nCkJK-MHc_Nq0TjlQ6kPtBAGagbuLWbIUXsSMyGvwwwYXoPTi_N-zRzesWXtmELMBMEeRYake8P/s801/visibles+las+6.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="637" data-original-width="801" height="318" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiKeB4DbM0FNstgkLK-9IpImGRJktbwrOo658-9n4M9p_GUQx3jOjofIfoT-ztIAZV5nCkJK-MHc_Nq0TjlQ6kPtBAGagbuLWbIUXsSMyGvwwwYXoPTi_N-zRzesWXtmELMBMEeRYake8P/w400-h318/visibles+las+6.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;">💜Mis amores 💜</span></div><p>María Thompson fue la que soltó la noticia en un chat de telegram “Con Lina (Prato) estoy organizando algo, un evento para mujeres en el trabajo, súmense la que quiera” No, Rosalinda pensé. (siempre me digo Rosalinda cuando quiero ser racional) Tienes muchas cosas que hacer, un negocio que lanzar. Tres segundos después, le escribí a María: dónde me anoto, rayo paredes y lanzo mi sangre menstrual.</p><p>Desde la primera reunión estuvo formado el súper six-pack de organizadoras: A Lina y María, se unió mi Celeste Benavides, con quien tantas conversaciones hermosas tuve en Chile, Verónica Argañaraz, compañera de aventuras del AOC y Cynthia Rubinstein a quien admiraba y stalkeaba en secreto desde que la oí hablar en una charla del AOCetc. Hoy no concibo mi vida sin ellas (pista 1 de por qué en mi charla comencé a llorar)</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCk8h7rYBGUZHioVHLQdE7oTLhx-MCVP-clm4M1AP3Tj6FlX8yGQ5uuSwgf3CHx3E8GzRxuaTqUt7sB0mPequncBxrTHUfYR5y_rERh_NIThq6XNlu_gk1uA3umdL-1PBi6c0wYng3BV4I/s1280/visibles-speakers.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCk8h7rYBGUZHioVHLQdE7oTLhx-MCVP-clm4M1AP3Tj6FlX8yGQ5uuSwgf3CHx3E8GzRxuaTqUt7sB0mPequncBxrTHUfYR5y_rERh_NIThq6XNlu_gk1uA3umdL-1PBi6c0wYng3BV4I/w400-h225/visibles-speakers.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;">Primeras reuniones con oradores</div><p>VISIBLES no se llamaba Visibles y comenzó como un evento para mujeres, para hablar de nuestros retos, de cómo enfrentarlos, cómo apoyarnos. Un evento explícitamente feminista, pero sin exitismos (no sabía que esa palabra existía, significa hablar desde el éxito), con muchos lugares seguros. Sin hablar de agilidad pero siendo ágiles. Pero.. ¿por qué sólo para mujeres? Nos preguntamos. ¿Acaso somos las únicas que necesitan espacios donde hablar? Todas coincidimos que no. Así se convirtió en una charla desde la diversidad. Además, <a href="https://www.agilealliance.org/diversidad-e-inclusion-en-la-comunidad-agil-latinoamericana/" target="_blank">esta conversación</a> de Flor Rossy nos hizo conectar más con ese propósito.</p><p>Ya perdí la cuenta de cuántos eventos ágiles he organizado. Pero desde meetups de 10 personas hasta eventos latinoamericanos de 1000 asistentes, siempre me he entregado al propósito. Mis colegas organizadores se vuelven amigues. Lo que me queda resonando me alimenta el alma mucho tiempo. Pero VISIBLES, desde el principio, era algo más, algo diferente. Era mi oportunidad para, como muchas hermanes del mundo, seguir madreando al patriarcado.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQBx8XTMOpQoKiGE87o07aQFgci996ILql9KN7ujzaxxMYaSPjf77akX9sOhWYtyZNpVLNKc9tKVpLyxHk1UheTI4gA3TCHu70B_io2emFEQ37PcielCfJX4lMNRiryOSe2SPDc4s8rhvN/s1280/facilitacz3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="820" data-original-width="1280" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQBx8XTMOpQoKiGE87o07aQFgci996ILql9KN7ujzaxxMYaSPjf77akX9sOhWYtyZNpVLNKc9tKVpLyxHk1UheTI4gA3TCHu70B_io2emFEQ37PcielCfJX4lMNRiryOSe2SPDc4s8rhvN/w400-h256/facilitacz3.jpg" width="400" /></a></div><p><br /></p><p>Cuando comencé a organizar VISIBLES yo estaba muy enojada, furiosa, frustrada. Con cada muerta, con cada ataque, con cada machismo, sentía que el patriarcado me vencía, nos vencía. VISIBLES me guió para aprovechar ese enojo y utilizar esa fuerza para construir y construirme un mundo mejor. </p><p>Hoy siento que vivo en un mundo mejor. Que MI MUNDO es mejor. Y no porque el patriarcado ya no exista (ojalá) o exista menos (quizá un poquito), sino porque encontré a otres como yo. Personas que han sufrido y se han levantado. Que desde su trinchera y con sus habilidades, mentalidad y recursos también dicen: BASTA. Y dicen, Yo estoy contigo. Y lo hermoso es que el evento aún no comenzaba y yo ya lo sentía. Lo sentía en les oradores, personas valientes que se atrevieron no sólo a contar, sino también a descubrir su historia. Lo sentía en el amor y las fuerzas que nos dábamos entre todes. Lo sentía en las redes sociales, cuando nos decidimos publicitar a Visibles con nuestros nombres propios (sin cuentas oficiales) y la gente se se comenzó a sumar. Lo sentía en la relación con los patrocinadores, que cambiaron el ¿qué te voy a dar? a un ¿con qué más te apoyo?. Lo sabía porque desde la primera charla, que ya había oído unas 7 veces, comencé a llorar. Todo eso eran más y más pistas de porqué sabía que iba a llorar.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIGMcrcCEVyKZdFYWMnjda3M09WE6xTndKewql7saXb4axxI55Gqu21gE0urlTYHwJyZKDjiJ2V-uL8ZPbH_Qvq-_-uazR-_96JssM4ctKfV8pi-xlgroRXyi6HYlqnrsRRYw_NfRG6iAA/s960/endpatriarcado.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="654" data-original-width="960" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIGMcrcCEVyKZdFYWMnjda3M09WE6xTndKewql7saXb4axxI55Gqu21gE0urlTYHwJyZKDjiJ2V-uL8ZPbH_Qvq-_-uazR-_96JssM4ctKfV8pi-xlgroRXyi6HYlqnrsRRYw_NfRG6iAA/w400-h272/endpatriarcado.jpg" width="400" /></a></div><p>¿Y saben qué? me valió madres llorar en público, me entregué y disfruté cada una de las lágrimas.</p><p>Porque organizando VISIBLES aprendí a explorar mis emociones, a cambiar lo que debo y no debo hacer por lo que quiero hacer. Fue un diplomado intensivo de inclusión y perspectiva de género, con profesores que me enseñaron con un chingo de cariño y desde su ser.</p><p>Hace poco comencé un nuevo reto profesional y me dijeron: ¡qué placer tener otra Visible cerca!. Mi corazoncito brincó de amor.</p><p>Yo soy UNA VISIBLE, ¿y tu?</p><p><br /></p><p>PD. <a href="https://www.youtube.com/channel/UCgy_dOEwdnWiPi0sRd0G18Q" target="_blank">Aquí están algunos videos</a> de las charlas relámpago de ese hermoso día, incluidas mis lágrimas de felicidad.</p><p><br /></p>La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-17731851950282876242020-05-04T15:21:00.001-07:002020-05-04T15:21:35.220-07:00Mudándonos en Pandemia 2: El regresoEn noviembre de 2019 fijamos la fecha de nuestro regreso: 6 de abril 2020. El plan era así: renuncio unas semanas antes, nos vamos de viaje por Chile, organizamos varias fiestas, vendemos los muebles con tranquilidad, hacemos los trámites financieros. Pero, como a todos nos pasa, haces planes y llegan los coronavirus a patearlos.<br /><br /><div>
Así que volver antes fue buena suerte, a pesar del estrés. Buena suerte porque es peor (en mi opinión) estar en un país extranjero, caro y con su inexistente seguridad social para los extranjeros sin trabajo y rut vencido. Buena suerte porque ahora estamos saludables, seguros y tranquilos.</div>
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¿Y por qué volvemos a México?</h3>
No hay una única razón. En mucho tiene que ver que nunca nos pensamos radicando para siempre en otro país. Desde el inicio, nos fuimos por la aventura, para experimentar cosas nuevas, viajar, aprender. Llegamos (y nos fuimos) como unos pinches cuicos (fresas) privilegiados. Está también la familia: los extrañamos, en especial a mi sobrina, quien ya tiene 8 años y dentro de unos 3 o 4 años ya será preadolescente y no me va a pelar. Y tengo mucho feminismo que enseñarle. Y claro, también está la parte profesional, en la que si bien aprendí muchísimo durante estos 2 años y 4 meses en Chile, no es lo que quiero seguir haciendo. No me hacía feliz dónde y cómo trabajaba y es momento de intentar algo diferente. Y no, no vuelvo por la comida. La verdad, comía terrible bakán en Chile (osea derechupete). Es simplemente, el lugar donde me es más fácil hacer reboot.<br /><br />Y tal como lo comenté en el <a href="https://jeri4queen.blogspot.com/2020/03/mudandonos-de-chile-mexico-en-pandemia.html">post anterior</a>, me encantaba vivir en Chile. Aunque durante mucho tiempo y sin saberlo, viví en una pinche burbuja. Y el 18 de octubre de 2019, esa burbuja se rompió.</div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjijFxErsY3j-d6gAOOj7vEiqUY-VMoYWzt8v4agpFPoF3JvxQedZSXiqYbtpaKNH_CJ7NcvaHB9rdoa_Ps0tr4zqmPs9Q515dBIWxaWyCJoU78Mbq_xUnoDpZYSD7eDl7S0S5OhTfEpcnY/s1600/HERMOSO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="923" data-original-width="950" height="310" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjijFxErsY3j-d6gAOOj7vEiqUY-VMoYWzt8v4agpFPoF3JvxQedZSXiqYbtpaKNH_CJ7NcvaHB9rdoa_Ps0tr4zqmPs9Q515dBIWxaWyCJoU78Mbq_xUnoDpZYSD7eDl7S0S5OhTfEpcnY/s320/HERMOSO.jpg" width="320" /></a></div>
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El 19 de octubre de 2019</h3>
Mamá, whatsapié, hubo unos desmanes en el metro, quien sabe que salga en las noticias de allá, pero no te preocupes, estamos bien. Un día antes habíamos ido a ver The Joker a Cinépolis la Reina. Íbamos caminando hacia Plaza Egaña porque íbamos a comprar no se qué weás para la casa. Noté que la gente venía en sentido contrario tapándose la nariz. Ni vayan, los pacos están dejando la cagá, nos dijeron. Regresemos, le dije a Ricardo, pero él quería seguir avanzando. Llegamos a la plaza y ahí no hay lacrimógenas, me dijo. Vi un helicóptero y escuché disparos como de cohetes. Ni madres, le dije, vámonos pa la casa. El transporte estaba colapsado, igual la casa no era lejos. <br /><br />Por la noche y en los grupos de whats me enteré: gente que caminó horas para llegar a su casa (en el camino se tomaron piscolas por convivir), la ciudad colapsada, los chiquillos golpeados. Las redes y la tele que mandaban imágenes de golpes, incendios, lacrimógenas que hace unas horas estaban en la pantalla del cine.<br /><br />No, ni salió nada, dijo mi mamá. Cuídense mucho, coman bien, abríguense. Besitos.<br /><br />La rapidez con la que sentí que todo se descontroló fue abrumadora. Un viernes (18) estás viendo los enfrentamientos de manifestantes y pacos (forma despectiva de llamar a la policía), saqueos e incendios y para el día siguiente ya teníamos toque de queda y estado de excepción. Piñera diciendo que hay guerra, los comercios cerrados y la gente encabronada. Apagar el fuego con gasolina, le dicen. Y quiero hablar que es el estado de excepción y el toque de queda. Porque muches hoy lo piden en México ante el coronavirus. <h3>
El Toque de queda.</h3>
Estábamos paseando a los perritos en el parque como a las 5 p.m. cuando un auto se detuvo y nos dijo: Va a comenzar el toque de queda a las 8, para que sepan. ¿Nos habrá visto lo extranjeros? ¿Por qué justo a nosotros nos dice? Misterio.<br /><br />La cuestión es que, en toque de queda, los militares (ah, porque también salieron los milicos a la calle, bien montaditos en tanques) o pacos pueden detenerte por estar en la calle. En teoría, muy teoría no deberían hacerte nada. Pero si te resistes (o dicen que te resististe) pueden matarte. Tienen autorización para disparar. Para poder salir, necesitas un salvoconducto. Filas para tramitarlo. El toque de queda, en teoría para proteger a la población (por ejemplo, en guerra) se utilizó como una forma de amedrentar. El problema fue que no funcionó. Ocurrieron entonces más barricadas, más incendios y saqueos. Salimos a comprar comida y el super lleno. Nos intentamos coordinar con los compadres (pa cuidarnos) pero había demasiada gente. Militares en las calles, con sus fusiles de fuera. La gente muy asustada y más enojada. Yo me quedé afuera del Jumbo de Bilbao con los perritos.<br /><br />No quería que Ricardo saliera solo. Un señor como de ochenta y tantos me preguntó por qué el banco estaba cerrado. Le dije que si no había visto las manifestaciones y enfrentamientos. Me dijo que siempre hay, que cuál es la diferencia. Le dije, vea a los militares de la esquina. ¡Esos cabros chicos no llegan ni a militares! dijo. Y tenía razón.<br /><br />Empecé a cargar mi carnet en el celular. No salíamos de casa más que para comprar comida. En ese entonces estaba sin cliente, así que estuvimos en cuarentena antes que estuviera de moda. Si salíamos, revisábamos qué estaciones estaban cerradas, dónde había manifestaciones y diferentes rutas que tomar. Igual no había mucho a qué salir.<br /><br />Como dije, mucho toque de queda pero las manifestaciones seguían. Y comenzaron los asesinatos, los torturados, los ojos mutilados. <br /><br />Para quienes piden estado de excepción y toque de queda que sepan que el precio que se paga es muy alto. Es como dar permiso para que todos se partan la madre. No hay diálogo, no hay juicio, nada. Además de las consecuencias inmediatas sobre la vida y el libre tránsito, está la violencia que saca la parte más primigénica de todes y como se dice en México, se enseña el cobre a la primera. Declaraciones tan transparentes que te hacen desconocer a las personas.<br /><br />Es muy doloroso lo radicalizado que nos pone. Salen esquinas más extremas de las que conocías: de un “duermo tranquilo al ver a los militares en la calle” a “paco muerto no viola”.<br /><br />Hoy encuentro a México muy dividido en torno a una sóla figura: AMLO. Y tanto a favor como en contra, sólo se acata y cree si eres o no simpatizante al presi. Terrible. Y si eso le pones un estado de excepción… no quiero ni pensarlo.<br /><h3>
El miedo pasa, la consciencia se queda.</h3>
Sí, la violencia es impactante, pero el porqué sucedió todo es más alarmante y doloroso. Ya que salió todo en la tele mexicana, mi mamá me escribía cada vez más asustada. Estamos bien, le aseguraba. Y, era verdad: en pleno estallido nunca nos faltó nada. Nadie llegó a sacarnos de la casa por la noche. Podíamos, incluso, salir corriendo de Chile y tener un lugar al cual volver. Un privilegio que otros migrantes (o los mismos chilenos) no tienen. Tanto, que prácticamente así sucedió.<br /><br />En ese enseñazo de cobre que Chile dio (es famoso el video de unos días antes del 18 en que Piñera aseguraba que era un paraíso), me enteré de cómo es que realmente la gente vivía. Un sistema muy cabrón que ahora la gente en Chile (que no sólo son chilenos) está intentando cambiar.<br /><br />Con toda la información que los mismos chilenos empezaron a hablar, me dí cuenta que vivir en ese Chile era como vivir todo con filtros de hermosura de Instagram. Por ejemplo, la salud, que está privatizada. Yo le pagaba el 7% de mis sueldo a una ISAPRE. Dinero que ni te enteras que te quitan porque se acostumbra a pedir un sueldo neto. Y pagaba un extra por Ricardo. Así, cuando iba a una consulta a cualquier clínica, el recibo dice 25,000 pesos pero sales pagando 3,000 porque la ISAPRE paga el resto al hospital. 3,000 es lo que cuesta un latte alto en starfucks, nada mal, puedes pensar. El servicio no es el mejor, pero los 15 minutos de consulta estuvieron bien. Empiezas a ver los filtros cuando por sus huevos, la ISAPRE te sube el costo del plan o decide que tanto cubrirte de cosas porque sí. Y claro, como es un negocio, enfermedades preexistentes no te las cubren. Si te enfermas y no puedes trabajar, sólo cubren un porcentaje de tu salario y eso, desde el día 15 de incapacidad. Además con su burocracia, tienes que andar pidiendo y tramitando, como si fuera un pinche favor el que te hacen. La baja por maternidad o psicológica es un pinche pain in the ass. Ojalá hayas tenido ahorritos porque el dinerito comienza a llegar varios meses después. El último filtro de instagram cae cuando te das cuenta que tanto ISAPRE como farmacia como hospital, a pesar de ser entidades separadas, tienen historial de colusión, que pertenecen al mismo grupito de gente y que además, lo que podrías pensar que es corrupción o una situación no muy ética, resulta que la constitución lo protege.<br /><br />Quizá no todo sea exactamente así. Pero todo eso fue lo que yo viví y vi que los cercanos a mí vivieron. Imagínense lo que viven los que no tienen privilegios: desde medicinas a enfermedades crónicas que no pueden pagar hasta admisiones en hospital ya que la persona murió.<br /><br />Y así como la salud, está el endeudamiento, la presión por el consumismo, lo caro que les es estudiar, las pensiones irrisorias, los sueldos que apenas alcanzan, el grupito de gente que es dueña del país y las declaraciones tan estúpidas y transparentes que hacen, que las montañas son de alguien y que el agua… ¡el agua! es de alguien.<br /><br />Este post ya está quedando muy largo. Pero sentía la necesidad de contar cómo viví yo esa parte de la historia de Chile. Confieso, que llegué a sentirme culpable por llegar a un país y no preocuparme por conocer cómo vivían sus habitantes. Y sobre todo me puse a pensar ¿qué tanto no se yo de México?<br /><h3>
El (ex)Chile en que viví.</h3>
Si ya con los hechos del 18/10 Chile no iba a ser el mismo, ahora con lo que sigue por el Coronavirus, menos. A veces busco noticias en Chile y me angustio y enojo. Porque quiero y admiro a las personas que viven en Chile. Admiro a sus feministas, desde las chicas del Carmela que se ponían en huelga hasta las standuperas feministas, las de la rebelión del cuerpo, las de la coordinadora feminista 8M. En mi trabajo, conocí a mucha gente que estaba abierta a intentar cosas nuevas, que pedían ayuda, que exigían resultados. Recuerdo con cariño a “los viejitos”, personas que en vez de esperar sólo a la jubilación, querían seguir aprendiendo. A las personas que se atrevieron a liderar sin ser jefes, que impulsaban y animaban a los demás. Admiro en especial a los pequeños empresarios donde compraba la carne, me hacía el pelo o iba a comer, que ponían la esencia de lo que son y en lo que creen.<br /><br />Ahora que escribo esto siento que es una mierda ahora estar preocupada por dos realidades diferentes pero parecidas.<br /><br />No sé qué le va a pasar a Chile, pero más allá de desear, confío en que lograrán construir algo mejor pa todos. Confío que esa mezcla de consciencia y ganas de construir. Ojalá que el diálogo se abra y el individualismo que tanto se ha cultivado no sea un lastre.<br /><br />Estoy terrible agradecida con Chile y con todo lo que viví ahí. Creo que no he terminado de dimensionar todo el impacto que esa experiencia tuvo en mí. Lo noto al escribir estas líneas y pienso que la cuarentena y esta pseudo-pausa en que estoy me ha prevenido del bajón y del golpe de realidad. <br /><br />Pero cuando ocurra sé que saldré adelante. <i>Con tó sino pa qué</i>, dicen por ahí.</div>
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Si quieres saber más sobre el llamado estallido social y sobre Chile, te recomiendo este podcast de Las Raras. Son entrevistas que se hicieron en las marchas, historias de la gente.</div>
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<li><a href="https://open.spotify.com/episode/2AfO4wyP4xHiQdoonZAVOS?si=qYEGx8evQEmZxcEmzQIrSg">Chile y su historia de libertad</a></li>
<li><a href="https://open.spotify.com/episode/2cZs04h4k5Ah4fj1V5WAQY?si=YZq4PhUST1-Iy7zhWDaoRQ">EXTRA: Chile y su historia de libertad</a></li>
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La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-65309270795521432782020-03-27T09:55:00.000-07:002020-03-27T09:56:04.998-07:00Mudándonos de Chile a México en Pandemia<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMeNYlabERIBAZ6LblVOjA49fA6KjxFkVteD16xz9LTwRX7-eJAssJio1oJBaMDh5oa2UcVAI2Z6xqPdoKw_Mg4iDXemz2Y76xsXsg_ru0D-EnodUiFh6MlxhKbuTGzjazYMk6Am2xMH78/s1600/IMG-20200314-WA0025.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMeNYlabERIBAZ6LblVOjA49fA6KjxFkVteD16xz9LTwRX7-eJAssJio1oJBaMDh5oa2UcVAI2Z6xqPdoKw_Mg4iDXemz2Y76xsXsg_ru0D-EnodUiFh6MlxhKbuTGzjazYMk6Am2xMH78/s400/IMG-20200314-WA0025.jpg" width="400" /></a></div>
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Hace justamente quince días organizamos nuestra despedida de los amigos en Chile. Hubo discurso, tacos, mariachi, llanto, baile, risas, metidas de pata, vómito en el baño, munchies de madrugada y objetos olvidados. En el discurso de agradecimiento bromeé: Nos juntamos hoy porque la siguiente semana capaz que ya no se puede, así de controlado tengo la cosa yo.<br />
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Una semana después me cagaba –literalmente– por la colitis nerviosa que me provoqué por intentar cambiar (sin éxito hasta ese día) nuestro vuelo del 6 de abril a YA WEY, LO MÁS PRONTO QUE SE PUEDA. Originalmente había dejado un colchoncito de tres semanas, entre renunciar a mi trabajo a dejar el país, para vender las cosas, hacer trámites de la AFP (aportaciones para el retiro) y AFC (seguro del desempleo), buscar transferir ahorros con Bitcoins, viajar un poquito (nos faltaba conocer el norte), tener muchas fiestas, ir a más viñedos, a bailar a la Blondie, al fin comerme un completo (un hot dog).<br />
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Adiós los trámites financieros, chao viajes, bye bye comidas. En una semana pasé de comprar 12 kilos de comida para los perritos a vendamos y regalemos todo lo más rápido posible. Y es ahí, en los perritos, donde reside el 85% de mi estrés. Porque son viejos (14 y 12 años) y el viaje es largo, porque hay trámites hiper específicos que hacer para moverlos de país y porque sin ellos no nos movemos. <br />
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Fue una semana en la que sentí lo que significa exponencial. <br />
<h4>
¿Y te gusta Chile?</h4>
Es un chiste interno para los extranjeros residentes en Chile, porque invariablemente los chilenos nos preguntan con una mezcla de curiosidad y asombro «¿Y te gusta Chile?», como si dijeran: es mi país y yo no quisiera estar aquí. Y nos da risa, porque ni modo que digamos: no, está repinche QLO (culiao).<br />
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Pero en realidad me gustaba mucho vivir en Chile.<br />
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Me gustaban las arepas con queso de la comadre Windy y sabía cuando las había hecho el compadre. Las acompañábamos con huevo y chocolate y nos guardábamos unas para llevar (Carlitos way).<br />
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Me gustaba ver a los perritos tomando el sol en el pedacito de tierra que tenía el patiecito del depa de barrio italia. Sobre todo cuando hacía friito y parecían disfrutarlo más.<br />
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Me gustaban los asaítos improvisados con Clau y Luis, donde terminábamos borrachos de vino tinto y cantando a Juan Gabriel. En realidad Luis y Ricardo terminaban hablando <i>quiensabedequé</i>, nosotras nos íbamos cada quien a su departamento a dormir. Ventajas de ser vecinos.<br />
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Me gustaba que los lugares, las personas y los perritos fueran tan petfriendly y que siempre alababan a los chiquillos por bien portados y hermosos. Me gustaba cómo corría Canela, cuando se emocionaba por recibirnos.<br />
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Me gustaba hablar con palabras chilenas: decir chiquillos, decir sipo, nopo, yapo. Preguntar ¿cómo tay? Decir cachai. Y decirle a Ricardo en un falso enojo: No me molestí. Contestar YA en lugar de Sí. Me gustaba que conjugaba mal y que Celeste me enseñaba la forma chilena con cariño.<br />
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Me gustaba el edredón del primer depa en invierno, cuando no por nada quería salir de la cama.<br />
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Me gustaban las costillitas y la malaya de El Camino. Los huevos y el pan de la Popular. Los pisco sour de los restaurantes peruanos. <br />
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Me gustaba que la gente se salía del metro para dejarte salir. Que los chiquillos de las escuelas se despedían del chofer del bus al bajar con un ¡chaogracias!. Me gustaba que me sentía segura en su transporte público.<br />
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Me gustaban las feministas en Chile, tomando sus escuelas, las calles. Gritándole al gobierno y a la iglesia: el violador eres tú.<br />
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Me gustaba bailar quebraditas con Ricardo y me gustaba que ellos no sabían que no sabemos bailarlas bien. Me gustaba cantar en las reuniones, bailar en las reuniones, dormirme en el piso en las reuniones. (Sólo lo hice una vez, pero se les quedó tatuado a mis amigues)<br />
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Me gustaba ir a ver standup feminista. Estudiar y hacer standup feminista me salvó en muchos sentidos.<br />
<br />
Me gustaba ir a bailar a la Blondie y me gustaba que los chilenos se asustaban porque les decía que me gustaba ir a bailar a la Blondie.<i> ¡Ahí han sacado pistolas!</i><br />
<br />
Me gustaba que durante nuestra estancia, cambiamos nuestra alimentación a Low Carb y que Ricardo patea traseros cocinando cualquier weá. Nuestres amigues decían, lo hizo Ricardo, no preguntes, cómetelo.<br />
<br />
Me gustaba decir weá, puta la weá, ¿querí peliaaaa? Me gustaba decir careraja, carechimba, ya paila.<br />
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Me gustaba crear cosas ágiles con mis amigues coaches.<br />
<br />
Me gustaba viajar al sur, ver el campo lleno de vacas, tomar onces.<br />
<br />
Me gustaba su cielo azulísimo, sus ríos y lagos y sus volcanes imponentes dominando el paisaje.<br />
<br />
Me gustaba el otoño y el color cobre que tomaban las hojas de los cerezos. Me gustaba la cordillera nevada (cuando no había tanta contaminación). Me gustaba la primavera y las primeras florecitas rosas de los cerezos. Me gustaban las cerezas, la sandía y todas las berries del verano.<br />
<br />
Me gustaba que durante mi estancia me hice cargo de mi bienestar físico y mental. Y que mis amigas Cele y Dani estuvieron ahí para apoyarme y hacerme ver que era muy exigente conmigo misma. Me gustaba que todas mis amigas me contenían a apoyaban .<br />
<br />
Me gustaba que los nuevos aprendizajes en agilidad, fortalecieron aspectos en mí.<br />
<br />
Me gustaban los equipos con quienes trabajé. Siempre estaban abiertos a que los coacheara, en especial las Scrum Master, Product Owners y nuestros uno a uno en los que buscábamos siempre la mejor manera de resolver la weá.<br />
<br />
Me gustaba la fuerza de su Revolución. Las calles rayoneadas, las conciencias despertadas. <br />
<br />
Me gustaba caminar de la mano de Ricardo por nuestros barrios cuando paseábamos a los perritos y hablábamos de feminismo, de nutrición, de lo que íbamos a comer, de cualquier weá.<br />
<br />
Entonces, si me gustaba tanto vivir en Chile… ¿por qué regresar a este México Mágico Místico?<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR44r3XHhoI4UY4YYYrnm6m_hYhPqrqVN4rn_TY4jvuGxXuIF_05aY-hycsx9jRFP6PZLGxtmzT9uLOQW4Vx95buA8PSBC1EWExj8tZnmj7C-FC7ExyLLD4adoyZPpOqiVTg2JygERXOwd/s1600/Santiago1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1067" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgR44r3XHhoI4UY4YYYrnm6m_hYhPqrqVN4rn_TY4jvuGxXuIF_05aY-hycsx9jRFP6PZLGxtmzT9uLOQW4Vx95buA8PSBC1EWExj8tZnmj7C-FC7ExyLLD4adoyZPpOqiVTg2JygERXOwd/s640/Santiago1.jpg" width="425" /></a></div>
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La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-67315825578793613642020-03-05T10:25:00.000-08:002020-03-05T10:25:28.667-08:00Yo sí te creo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKjSW5lYyYuPty8vqxfYG3Ml3KDYWejJN5EOv8rEPwC7-p61ZKCGpJ18FoqWpjDpTTeeZICpD7j1Xjp_V9l-5IhGtgBqXMF_7DMBKs33j_c3IAt5Zx88ROkYDGh3X4A7gCmFSx22kqdZXm/s1600/yositecreo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="581" data-original-width="581" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKjSW5lYyYuPty8vqxfYG3Ml3KDYWejJN5EOv8rEPwC7-p61ZKCGpJ18FoqWpjDpTTeeZICpD7j1Xjp_V9l-5IhGtgBqXMF_7DMBKs33j_c3IAt5Zx88ROkYDGh3X4A7gCmFSx22kqdZXm/s320/yositecreo.jpg" width="319" /></a></div>
<br /><br /><h3>
Por qué las mujeres toleramos el abuso y la violencia</h3>
<h4>
1. Es tan normalizado que no le das importancia</h4>
En la segunda temporada de sex education, mientras Aimee va tranquila a la escuela en bus, un tipo se masturba y eyacula sobre ella, en su pantalón favorito. La chica se asusta y se baja. Cuando finalmente llega a la escuela, le cuenta a su amiga Maeve, así súper casuals: uy de camino a la escuela me eyacularon en el bus, que mala onda es mi pantalón favorito... ah y te hice un pastel. Maeve que es una feminista (y cumple años ese día) le pide que de regalo vayan juntas a denunciar. Durante el capítulo, pareciera que Aimee no le da importancia al ataque. Sin embargo, al final del capítulo vemos su dolor y las consecuencias solo en ella y no en el agresor.<br /><br />Si algo han dejado ver los hashtags feministas en Twitter, es que estás agresiones comienzan de niñas, cuando ni siquiera entendemos las dinámicas sexuales. ¿Que nos decimos entonces?<br /><br />Uy, qué mala suerte. Uy, mejor ando cuidando quien está a mi lado. Uy, deja voy acompañada. Uy, no vuelvo a vestirme así. El recuerdo de cuando eras una escuincla y te agarraron regresa. Amiga avisa que llegaste bien. Sin importar cuántos años tengas. Sólo te congelas. Así me ha pasado a mí. No hay una acción que tengas por default. La impotencia de sentir un ataque es de las peores cosas que he sentido. Sólo queda llorar.<br /><br /><h4>
2. Decirlo es tan doloroso y vergonzoso que prefieres callar.</h4>
La violencia física es más visible (obvio) pero la psicológica daña igual. Y en ocasiones es tan sutil que la justificamos. Me cela porque me quiere. Me dice que no soy lo suficientemente buena en algo / me critica porque me impulsa a lograr más (porque me quiere). Salió rechinando el coche porque le dolió mucho lo que le dije (porque me quiere taaanto). Le pegó a la pared porque no acepta que la tenga como amiga. Me saco un moretón en el bíceps cuando no me dejaba irme. Me sigue llamando a pesar que terminamos. Tuve que cambiar mi número de teléfono porque me llama a deshoras a insultarme.<br /><br /><div>
Todo eso me pasó a mí y en retrospectiva pienso que de pura suerte no me madrearon. Y recuerdo que cuando estaba en las relaciones no lo veía como abuso. Sólo no entendía por qué no podía expresar lo que sentía. Hasta compasión sentía por él: pobrecito, ha de haber sufrido mucho. <br /></div>
<div>
Después, cuando me di cuenta que estaban abusando de mí, me sentí peor. Porque me dije lo que seguramente pensaste al leer lo anterior: todo eso te pasó porque tu lo permitiste. La culpa es mía por soportarlo. Ahora sé que no. Pero la carga me costó muchos años y daño en mí y en mis relaciones.<br /></div>
<div>
Y dentro de todo eso, yo fui privilegiada. Mis padres me educaron para ser autosuficiente y que se siempre se sentirían orgullosos de mí y me apoyan, incluso hoy. Pero hay mujeres que tuvieron todo lo contrario. Lesbianas perseguidas por expresar su identidad, mujeres a las que educaron para ser dependientes, mujeres cuyos logros y opiniones eran criticadas, mujeres que ya están ahí y que el salirse les aterra tanto o más que quedarse.<br /></div>
<div>
Desconocemos la vida y las circunstancias de la mujer abusada. Lo peor que podemos hacer es burlarnos, juzgarlas.<br /><br /><h4>
3. Cuando lo dices, no te creen. Te juzgan, culpan y critican.</h4>
Basta con leer los encabezados de los diarios. Abusadores que salieron libres y tiempo después volvieron a abusar; mujeres que tuvieron que lidiar con el despido, el descrédito y humillación porque el abuso no fue suficiente. Eso, a las que no mataron.<br /><br />Si algo ha dejado en evidencia los últimos feminicidios es que los hombres están dispuestos, incluso con una muerta, a seguirse cubriendo, burlando, lastimando a personas que la amaban y a nuestra sociedad. ¿Por qué lo hacen? ¿En serio no se dan cuenta? ¿Tanto miedo tienen de perder sus privilegios?<br /><br /><h4>
4. Cuando despertamos, nos juzgan, están atentos a cada movimiento para ver cuándo la cagamos y excavan nuestro pasado.</h4>
Recuerdo que cuando pasó el #LadyPlaqueta y exploraron los tuits y los posts de Tamara de hace más de 10 años sentí miedo. Estuve a punto de borrar mi historia cibernética. Pero decidí que no. Así al menos, hay una excusa para ser verme como feminista.<br /><br />Ser feminista es difícil. A veces yo misma me cuestiono mi actuar, me critico por no decir más. Sigo aprendiendo a ser más generosa amable conmigo. Pero es el camino en la que me he sentido mejor, respetada, escuchada. Por que a pesar de ver más mierda, también veo apoyo y esperanza.</div>
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<br /><i><br /></i></div>
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<div style="text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><i>Más allá del amiga date cuenta, está el amiga, no te juzgues por no darte cuenta antes, yo te creo, yo no te juzgo. </i></span></div>
<br />Si eres mujer y lees esto y quieres hablarlo con alguien. Yo estoy aquí. Si eres hombres y lees esto y quieres hablarlo con alguien, búscate un amigo o un grupo de nuevas masculinidades. Las feministas no estamos para educarte y seguro tus compas te comprenderán mejor.</div>
La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-81630207220720188492020-03-03T11:37:00.000-08:002020-03-03T11:46:21.108-08:00La historia de mi pelo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdV5qtzW86MM0Wm-2yDcYbawBhVa5hKa7LmHCb5s_pLXqR00e7wDicmZ0lUjvCKK_tbb6PJsPR-hseXqi6cGejqYmB5lg5Fs418ClRdJCkXTHVOW7gCWcPCIVrViAUw1EhKK9DSm0GtAvz/s1600/historiapelo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdV5qtzW86MM0Wm-2yDcYbawBhVa5hKa7LmHCb5s_pLXqR00e7wDicmZ0lUjvCKK_tbb6PJsPR-hseXqi6cGejqYmB5lg5Fs418ClRdJCkXTHVOW7gCWcPCIVrViAUw1EhKK9DSm0GtAvz/s400/historiapelo.jpg" width="400" /></a></div>
<div dir="ltr" style="line-height: 1.38; margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt;">
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<span style="text-align: justify;">1</span></div>
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En la primaria tenía una compañera que decía que cabello es el de la cabeza y pelo el de todo el cuerpo. La niña fue mi némesis hasta cuarto. Sólo por molestarla, yo le decía que eran sinónimos. Sin embargo, ella tenía algo de razón: la raíz latina de cabello es capillus, de la misma raíz que caput, cabeza.</div>
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<br /></div>
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Sin embargo, las palabras que indican la falta de cabello o pelo han tenido a través del tiempo diferente significado: pelado y descabellado. Mientras que “pelado” se denomina a aquella persona vulgar, de modales corrientes y clase baja, “descabellado” es aquel que hace cosas que van en contra del orden o la razón. Un insensato.</div>
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2</div>
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Los judíos jasídicos lo llevan en caireles junto a las patillas por mandato bíblico. Las monjas y las mujeres islámicas lo ocultan bajo un manto. Ya no es obligatorio que los jueces ingleses lleven esa peluca blanca llena de rulos del siglo XVIII. Las tribus urbanas hacen del cabello una forma de manifestar sus principios: los punks lo cortan de los lados y los peinan en picos hacia arriba. Los emos reflejan su tristeza alaciándolo hacia el frente, procurando tapar una parte de la cara, en especial los ojos y sus lágrimas. Los rastafaris llevan dreadlocks o rastas para enmarcar su mensaje espiritual y naturista.</div>
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A las mexicanas nos enseñan que el pelo de mujer debe ser largo. <b>Largo hasta la cintura</b>.</div>
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3</div>
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Para las mujeres, el pelo hermoso y perfecto sólo lo tiene la de enfrente. Excepto si eres Jennifer Aniston.</div>
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4</div>
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Orange Is The New Black es una serie que se desarrolla en una cárcel para mujeres. En la serie, cada reclusa tiene un look de acuerdo a su personalidad: Nicky tiene una actitud desafiante que comienza por los ojos negros y rabiosos y termina por el pelo largo y alborotado. Las raíces negras empujan el crespo rubio. Al verla, pareciera que en la cárcel no existen los cepillos. Pero no sólo hay cepillos, también hay un salón de belleza comandado por una mujer trans que usa peluca, Sophia. Red, la jefa y mandamás de la cocina lo tiene corto y pintado rojo sangre, para que no te olvides que puedes quedarte sin comer si ella lo decide. Piper, la protagonista rubia, usa un pelo corto y aburrido. Una melena sin chiste comparada al pelo largo y peinado con trenzas y coletas que utilizaba cuando era narcotraficante. El “era” es importante, ya que Piper, blanca, protestante, educada y en una relación estable, paga por un pasado ilegal al que la arrastró Alex, su ex amante, a la que reencuentra en la cárcel. O al menos, eso quieren creer ella y su novio. Conforme avanzan los capítulos, nos damos cuenta que Piper sólo se cambió el pelo.</div>
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5</div>
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La estética entre semana. Los únicos hombres son gays o menores de 6 años. El chismorreo de la “revista” televisiva es un susurro comparando con lo que se habla entre tijeras, planchas y secadoras. La conversación se alterna entre chismes, modas y hombres en sus distintas denominaciones: hijos, maridos, novios y amantes. Ante la votación popular, ellos son los culpables y las que tienen químicos en el cuero cabelludo, las mártires y poseedoras de la razón.</div>
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La estilista como una especie de cura / bartender que escucha, reconforta y regaña. La silla frente al espejo, como un segundo (y amañado) confesionario del que cuando te levantas, no sólo tienes un nuevo look, también consigues la redención.</div>
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6</div>
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El pelo largo que cae desordenado sobre los hombros, que mal oculta los pezones oscuros, erectos. La rendición sexual de la mujer comienza con su larga y abundante cabellera que cae desordenada en la cama. Dedos masculinos traspasan las hebras lacias y negras o jalan los rulos pelirrojos o acarician el delgado pelo rubio. Lo único que importa es que esté suelto. Y que sea largo.</div>
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7</div>
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Serle infiel a la estilista se paga caro. A veces, hasta diez centímetros de largo.</div>
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<br /></div>
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8</div>
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“Es hora de declarar que esta es una historia autobiográfica, y por lo tanto profundamente sincera.“</div>
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Margo GlantzHistoria de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador</div>
</h4>
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9</div>
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Celebré mi cuarto cumpleaños en Chapultepec. No tengo recuerdos de ese cumpleaños, pero tengo un video en el que salgo con un vestido café que llegaba a la pantorrilla. El vestido tenía unas cuatro capas de tela; la de encima era una gasa vaporosa, con holanes en las puntas y en las mangas. Sin embargo, lo que más me gusta de esa imagen es mi pelo peinado en dos colitas a un lado de cada oreja. No eran colitas muy altas, pero si largas: llegaban a media espalda. Mi pelo siempre ha sido grueso, lacio y castaño. Y pesado, muy pesado. Si lo ataban en una sola cola, me pesaba. Mi mamá solía estirarlo hacia atrás para atarlo, por eso rara vez andaba despeinada. Lo estiraba tanto, que mis ojos se hacían de “chinita”.</div>
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10</div>
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“Qué le hiciste a mi pelo” me dijo alguna vez un ex. Y sólo porque lo dejé en una melena sobre los hombros. Porque el pelo femenino no pertenece a las mujeres. Pertenece a un ritual amatorio posesivo. No es extraño ver ante una ruptura sentimental a mujeres que cambian drásticamente el look. Ante la incapacidad de cortarle el pito, nos cortamos ese pelo que él adoraba. Si a él le gustaba el pelo negro, lo pintamos rojo. Si le gustaba chino, lo alaciamos. Lo importante es el mensaje: tú no mandas más, me libero de ti (aunque por las noches sigamos llorando).</div>
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11</div>
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A los 3 meses de vivir en España, me mudé con Vicky, una peluquera. (Así les dicen allá a las estilistas). Tenía veintitantos años, de piel blanquísima y pelo rubio artificial. Sensible y ruidosa, Vicky me adoptó como su amiga-mascota. Se burlaba de mi acento y me enseñaba a hablar gachupín.</div>
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Antes que mi pelo pasara por su navaja, lo traía casi parejo y unos centímetros bajo los hombros. Cuando llegué a la escuela con su corte, mis compañeros me miraron asombrados. ¡Qué bien te ves! Vicky lo había cortado en capas y el aire de inicios de primavera acomodaba sus puntas hacia afuera sin necesidad de secadora.</div>
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Comencé a cambiar mis pinches y chingados por joder y me cago en. Mis pantalones de mezclilla por vestidos y faldas. Cuando llegó el verano y volví a casa con el pelo rojo, la principal “observación” de mis amigos y familiares fue que estaba demasiado gachupina.</div>
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12</div>
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Creo que es momento de confesar que alguna vez le fui infiel a mi estilista.</div>
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13</div>
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Gris, mi entonces “nueva” estilista, me cortaba el pelo con navaja y dando la espalda a espejo. Así que no era testigo del cambio, sólo podía ver el resultado cuando daba la vuelta a la silla. Y el resultado de un corte fue dramático.</div>
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Corto. Muy corto. Tan corto que la parte de la coronilla quedaba con un parado “punk”. Tan corto que no podía meter mis dedos entre el pelo y sentir una melena. Tan corto que hasta los hombres de la oficina se dieron cuenta que me había cortado el pelo.</div>
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<br /></div>
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La opinión general fue positiva. “Valiente”, dijeron algunas. Yo no lo quería así, replicaba a pesar de saber que me veía bien. Era como uno de esos trastornos psicológicos en las que se percibe una realidad distorsionada. Había algo en mis neuronas que rechazaban lo que me regresa el espejo. Porque me miraba al espejo y veía a las monjas del colegio y a las señoras cincuentonas que se resignaron a vivir sin menstruación y sin cabello.</div>
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Y todo por serle infiel a mi estilista.</div>
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14</div>
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Cuando nos casamos, aún tenía el pelo corto, pero morado.</div>
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15</div>
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La primera mujer calva que conocí fue la maestra de cocina de la secundaria. Como buena setentona lo usaba corto y esponjado. Pero a diferencia del estandarizado rubio cenizo, ella solía pintárselo de rosa pastel. “Antes, cocina no era un taller, sino una materia obligatoria en los estudios de administración del hogar”, nos decía con un seño recriminatorio y desdeñando nuestra sigloveinteañez. “Pelos de betún”, nos burlábamos a escondidas y sacábamos a las monjas de sus casillas. Y cuando en los honores a la bandera la PelosdeBetún estaba parada bajo el sol, la luz se colaba entre los pocos pelos que tenía y se le podía ver claramente el cráneo. Esperábamos, sin éxito, que el betún se comenzara a derretir.</div>
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<br /></div>
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16</div>
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La primera vez que me apliqué el tinte morado en casa, me metí a la regadera completamente. Ríos morados comenzaron a recorrer mi cuerpo y la pintura se quedó ahí un par de días, sobre todo en las venas de los brazos. La ducha quedó como escena de crimen contra un unicornio.</div>
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<br /></div>
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Del morado siguió el rojo. Y el azul verdoso. Y rosa mexicano. Y el rosa pastel. Y el cobrizo. Y otra vez el morado, pero ya sin meterme por completo a la ducha. Te ves hermosa, era de respuesta de mi marido ante mi pregunta por el cambio de color. Comencé a dudar de su juicio por la moda capilar. Terminé tiñéndolo por completo de castaño, mi color original.</div>
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<br /></div>
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17</div>
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Acá en Chile a las fresas les dicen Pelolais.</div>
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18</div>
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Tendría unos 18 años cuando fui a Manzanillo con mis primos. Éramos seis mujeres y un hombre: Norberto, el del nombre del abuelo, el bisabuelo y el tatarabuelo.. En el desmadre, decidimos trenzarnos el cabello. Todo el cabello. Todos. Y cuando fuimos a pedir dinero, mi tía Lita le negó presupuesto a mi primo, quien a sus 16 usaba una roquerita melena. Eso es para las mujeres, sentenció.</div>
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Cuando las trenzeras terminaron su labor, mis primos se burlaron de mi hermana y de mí: se nos veía ln cráneo. ¡Qué cabecitita tan chiquita tienen!, reían. Las Rodríguez siempre tan chistositas, reíamos. Ese verano se nos quemó el coco. El despelleje craneal duró hasta que entramos a la escuela.</div>
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19</div>
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Mientras en Querétaro golpeaban a los Emos, en Chile mutaron a Pokemones, los Emos felices. Comenzaron vistiéndose muy similar a los Emos, hasta que comenzaron a escuchar reguetón. Entonces se tiñeron el pelo de morado y rosa y se levantaron los picos y crestas de una forma un tanto punk. Los piercings y sus pasión por el Fotolog hizo que sobresalieran entre las demás tribus urbanas de entonces.</div>
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<br /></div>
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Yo fui Pokemon, confesó, con una mezcla de vergüenza y añoranza, una compañera de trabajo Pelolais.</div>
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20</div>
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Teñirme el pelo dejó de ser divertido y se convirtió en un ritual al que llegaba con desgano cada mes. Ya no más, sentencié. Y comencé a dejar que creciera libre de químicos. Entonces descubrí que tengo canas. Y no pocas. Un mechón grueso desde la frente derecha hasta la coronilla. Otros mechones más pequeños pero significativos aparecen si miro con atención.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Son pelos rebeldes, más crespos y necios. No son amables y no estoy segura si les caería bien recibir un rosa pastel. Porque han pasado por tanto peróxido, planchas y tenazas que estaría bien que les dejaran gritar que no están acá para agradar a nadie, ni siquiera a mí.</div>
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<br /></div>
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21</div>
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<br /></div>
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Ricardo, mi esposo tiene el pelo largo, hermoso, fuerte, ligeramente ondulado. Mis abuelas dejaron de preguntarle cuándo se lo iba a cortar cuando le llegó a los hombros. Hombres y mujeres por igual envidiamos envidiamos su cabello, sobre todo cuando brilla al caminar.</div>
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<div style="text-align: justify;">
Nos ha pasado cuando estamos en un restaurante, que quien nos atiende nos dice ¿Que van a querer, chicas? Y al darse cuenta que Ricardo no es chica, se avergüenzan y se disculpan, porque confundir a un hombre con una mujer es de las peores cosas que se puede hacer.</div>
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<br /></div>
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22</div>
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<br /></div>
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Esta vez, además de dejarlo muy corto, volví a teñirlo de rojo. Me olvidé de esa promesa de librarlo de químicos. Si me lo voy a teñir, que sea de un color que no sea el mío, pensé.</div>
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<br /></div>
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Rojo cuando volví de España. Rojo cuando vuelvo de Chile. Rojo Cereza o Rojo Sangre, quizá.</div>
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23</div>
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Para abrazar mis canas, en especial al mechón que tengo en la frente derecha, hace tiempo me decoloré rayitos en el pelo y los pinté de gris. Me hacía una trenza francesa a lo Lagertha, con crepé para que se viera alta, amenazante. Me delineaba los ojos negros y vestía con mi chamarra de cuero negra y botas. Apenas sonreía.</div>
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Me encantaba.</div>
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24</div>
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Mi look que tiene más likes es con las puntas tintas tirándole a rosa mexicano. Ondulado. Sonriente. Delicada. Pero a mí me gustaba más mi trenza gris de Lagertha.</div>
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25</div>
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A mis amigas Vane y Clau les dieron feedback negativo cuando cambiaron de look. Porque la gente se siente el derecho de validar como las mujeres nos vestimos, hablamos, cortamos nuestro pelo y nos comportamos. A mí nadie me ha dicho nada negativo. Las pelonas como yo, lo validan. Otros, se sorprenden y se guardan su opinión. Quizá aún tenga los ojos de Lagertha. Quizá eso me gusta pensar.</div>
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Epílogo</div>
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Esta vez, a diferencia de la primera vez en que quedé pelona, no lo justifico. No digo ¡yo no lo quería así! (la verdad que no lo pedí así), no doy explicaciones. Por eso confieso acá que me hice la valiente. Me obligué a gustarme. Le pasé la tenaza, le hice crepé. La sequé hacia todos lados, le puse baño de color. Unos días después, ya nos adorábamos.</div>
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El sábado fuimos a bailar a la Blondie. (Aquí todos los chilenos dicen ¡<i>cómopuedeserquevayanaeselugaaaarr</i>!, ¡Es peligrosísimo!). Fue una salida improvisada, íbamos desvelados, con chanclas, shorts, despintadas y en mi caso, sin brasier. Bailé toda la noche y mis brincos nunca se habían sentido tan libres. Porque no había pelo que agarrar y sentir el rebote del molote en mi cráneo con cada brinco. Tampoco tenía que quitarlo de la cara si estaba suelto. </div>
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Lo mojé en el baño. Podía sentir cómo sus gotitas rociaban mi cuerpo al brincar.</div>
La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-23516159456049245642020-02-19T15:19:00.001-08:002020-02-19T15:19:55.798-08:00Mote con huesillo inestoico<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv6OEb9gaQDM1jMHv5HZhGK5VfEfiw1W3xzEjH7Iv1ZPF45fZr1XDakMxZ0tVTqmNnVUsDaTYdhlMPmmbgHz6lRrtDovkvK1rNVc1_OZeeeZ8LZMlzQvMDOLqrjwOkbOtD-2lvIOmWzL5i/s1600/1582154382689905-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv6OEb9gaQDM1jMHv5HZhGK5VfEfiw1W3xzEjH7Iv1ZPF45fZr1XDakMxZ0tVTqmNnVUsDaTYdhlMPmmbgHz6lRrtDovkvK1rNVc1_OZeeeZ8LZMlzQvMDOLqrjwOkbOtD-2lvIOmWzL5i/s1600/1582154382689905-0.png" width="400">
</a>
</div></div><div>A mi trabajo, hago 1:15 horas gastando de 4000 a 4700 pesos o 2 horas gastando 800 pesos. Eso por trayecto. Es lo que hay. Para ponerlo en perspectiva para los <i>noshilenos</i>, una comida corrida barata te cuesta 6000 y un café de Starbucks 3500.<br></div><div><div>Ayer salí "temprano" y decidí regresar a casa por la opción de 800 <i>varitos</i>. Los 34 grados del verano hicieron que los miados de la parada estuvieran más olientes y vaporosos que lo normal y que los 20 minutos de espera del camión los sintiera como 40. En el inter me enteré que los pinches ratas de la Isapre me subieron el costo del plan de salud sin preguntarme y quieren que les pague 60mil pesos. Esa frustración <i>contraneoliberal</i> se sumó a la de la mañana, en la que mi AFORE no me da un pinche certificado que necesito para sacar mi dinero del retiro de acá (puras mamada de la AFP para no darme mis <i>lukitas</i>, como si realmente se preocuparan por el futuro de los trabajadores). El segundo bus se tardó 15 minutos que se sienten como 40 porque además me perdí un poco. Por fin llegué al metro y decidí tomarme un mote con huesillo porque tenía calor. TE LO MERECES dijo mi cerebro. Pague 1000 pesos y sin pensarlo más me lo tomé.</div><div><br></div><div>El mote es una bebida como de durazno en almíbar con trigo. Cosas raras y ricas de acá. Dulce y refrescante la chingadera. Pero yo no como azúcar (solo el dulce amors) y cuando me paso, me empieza a doler la cabeza. </div><div><br></div><div>Así que siete estaciones de metro después, justo donde el metro se llena, me empezó el dolor de cabeza.</div><div><br></div><div>POR PINCHE PENDEJA HUEONA CARECHIMBA.</div><div><br></div><div>¿Por qué me tomé ese mote? ¿Por qué quiero que la comida me reconforte? ¿Por qué me altero ante cosas que no puedo controlar? ¿Por qué me insulto? ¿Es cognocible el ser? Ya sé, mucha coach preguntona en esta cuerpa hermosa.</div><div><br></div><div>Ayer fracasé como estoica. Pero hoy lo volví a intentar. Y TRIUNFÉ.</div><div><br></div><div>Pero eso quizá lo cuente mañana, cuando regrese en metro a casa.</div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div></div>La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2042733650145237043.post-89839596458406382272019-12-07T12:34:00.004-08:002019-12-07T12:53:58.428-08:00Y el violador eres tu<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNkZ35PFAF_f3FLVzUlRv0WrdleUtqj3TJ_Ty4BrulSIUZKSyVox1u0eFDk6LPg9O_e7aoNnj90fVNjE5jaA0rJYhvyx1m7mDXbryY07JmzXCCGIRscp3X_vl22NnDIh9Nn6NHDGJPldej/s1600/colectivo-lastesis.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNkZ35PFAF_f3FLVzUlRv0WrdleUtqj3TJ_Ty4BrulSIUZKSyVox1u0eFDk6LPg9O_e7aoNnj90fVNjE5jaA0rJYhvyx1m7mDXbryY07JmzXCCGIRscp3X_vl22NnDIh9Nn6NHDGJPldej/s320/colectivo-lastesis.jpg" width="320" /></a></div>
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<span style="font-size: large;">¿Qué sentiste al escucharlo?</span></div>
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<span style="font-size: large;">¿Por qué piensas que este canto se hizo viral?</span></div>
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<span style="font-size: large;">¿Para qué lo hicieron LasTesis?</span><br />
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Hablábamos ¿qué puedo hacer como mujer cuando me violentan? ¿Cómo reaccionar? ¿Cómo reaccionar sin violencia? ¿Realmente cambiaría el otrx? ¿Qué puedo hacer para que la amargura y el coraje no me ate a mi atacante? </div>
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Voy caminando con una amiga. Hace calor y usamos falda y shorts. Estamos en un mall. Vamos camino al trabajo. Eso es suficiente para que un hombre que viene caminando en sentido contrario se nos acerque de más, casi nos toque y nos insulte. Siento coraje, impotencia. Y además de eso, ¿tengo que EDUCAR a mi agresor?</div>
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NO.</div>
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Por eso, esto que lograron LasTesis, las reacciones que provoca, las preguntas que levanta es un camino efectivo para la toma de consciencia.</div>
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La Rosyhttp://www.blogger.com/profile/05579722462074228033noreply@blogger.com0